La verdad es que soy una persona de buenas ideas y siempre me
ha gustado dirigir u orientar para que las cosas queden como me las imagino,
pero es mi impaciencia la que a veces hace que las cosas no me salgan y me
llevan a perder el gusto por ellas. Recuerdo que en el colegio la clase de arte
o tecnología me parecía aburrida, por eso siempre supe que para las manualidades,
poco. Desde luego, siempre me esmeraba
por presentar mis trabajos que por lo general
eran buenos, y no porque yo los hubiera hecho sola, no; sino porque
siempre contaba con la ayuda de mis padres y hacia que mis tareas de inventos fueran para los tres.
Por eso, para hacer este tren en la primera persona que pensé
fue en mi papá porque es un hombre recursivo y me muestra que cosas como estas
son muy sencillas para realizar. Los materiales que se utilizaron fueron
desechados, los vagones son cajitas de plástico donde venían unas herramientas
para máquinas de trabajo industrial, las llantas son de acetal y mi padre les
dio forma en su torno (máquina industrial), los ejes que une las llantas las
encontré en la herramienta de la casa, pegante instantáneo, una lima y soldadura de un octavo.
Al tener lo materiales
ya sólo quedaba armarlo, así de sencillo. Entonces, junto a una taza de
café, que no falta los domingos en la tarde, empezamos abrirle los orificios a
los vagones con el taladro para inserta los ejes de las llantas, luego corté
los vagones, casi de la misma medida, después se le pusieron las llantas a
estos, con otro pedazo de cajita armé la parte principal del tren, la lima
sirvió como eje para unir los vagones y la soldadura de un octavo para asegurar
la unión de estos, pegué las ventanas ,
algunas estructuras como la lima y la cabina principal.
Finalmente, la creación del tren me llevó a recordar mis tareas de la escuela que a pesar de que no me gustan este tipo de trabajos siempre me llevaban a compartir momentos agradables con mi familia y afirmar que siempre cuento con ellos por más experiencia académica que tenga. Cabe decir que el costo total del juguete fue por $1000 (el pegante), pero lo que no tiene precio, sin duda, es la paciencia, el amor y la ayuda incondicional de mis padres.