Un monótono fin de semana
Abro los ojos y me detengo a pensar en el sueño que había tenido unas horas atrás; sí, recuerdo que estaba en un almacén preocupada porque había desocupado la tarjeta de crédito de mi papá y que las cosas que había comprado eran innecesarias e iban en contra de mis gustos, en fin me alivia saber que solamente fue un sueño y que no va haber problema por dejar en cero la dicha tarjeta. Miro el reloj son las 9:45 am, como siempre escuchó la voz de mi madre regañando a Milú, la mascota más traviesa de la casa, pero antes de levantarme pienso en las cosas que tengo que hacer entre esas las labores de la casa, las tareas de la universidad y por qué no algo en que distraerme como todo los sábados. Las 10 de la mañana y mi “buenos días bebé” para cualquiera de mis mascotas que se pelean por saludarme y tal vez decirme lo mismo a través de sus saltos, ladridos y pellizcos, antes de saludar a mi mamá prendó el equipo de sonido y busco una emisora donde de 10 a 12 ponen los clásicos de las salsa, mientras paso la radio suena un vallenato y desde la cocina mi madre exclama “déjela ahí”, pero como siempre lo he dicho ¡qué pena, pero salsa mata vallenato!, y consigo encontrarme con esto que dice: “Gan gan y Gan gon siempre están contentos, siempre están contestos Gan gan y Gan gon”, claro, la canción de los gemelos de Richie Ray y me espero al coro para cantarlo porque es el único pedazo que me sé.
Me dirijo a la cocina a preparar
mi desayuno y me antojo de un vaso con milo y una salchicha con pan como sé que
mis perros me van pedir aumento la cantidad de pan para compartir con ellos, mientras me
alimento mi mamá me habla de sus cosas y me quita un poco de lo que estoy
comiendo, en la estación de radio, el locutor dice que son las 11:00 am y que
viene una canción de Héctor Lavoe, esto me ánima a pararme, llevar el plato y
el vaso a la cocina y lavarlos. Ya con poca pereza, me acuerdo que no me he
mirado en el espejo y que como todos los días me da curiosidad por mirar mi
rostro y mi cabello, sí, digo estando frente al espejo, sólo un poco pálida
pero normal, es decir bonita como siempre y la del espejo sólo se ríe. Ahora,
en la sala comienzo a bailar con mi
pequeña de 12 años, Chiqui la pinscher, mi hermana recién levantada sólo me
mira y se dirige al baño…pienso que ya he perdido mucho tiempo, entonces mi
mamá me recuerda que tengo que lavar el baño
y me toca porque la última vez le tocó a mi hermana. Sin problema lo
lavo y después dedico tiempo a organizar mi habitación. Paseando por la casa y
poniendo algunas cosas en su sitio me
doy cuenta que hay polvo en la mesa central y los muebles, esto me impacienta,
peleo con mi hermana y mi mamá que se excusan diciendo que han estado ocupadas
para finalmente terminar limpiando yo.
Ya es medio día, apago la radio y
prendo el televisor, mientras dan las noticias me arreglo las uñas y le cuento
a mi mamá algunos chismecitos, aunque el almuerzo ya está hecho no tengo hambre
, mientras tanto me quedo perdiendo el tiempo con el televisor, hasta que echo
un vistazo a la hora y veo que son ya
casi las 2:00 pm , entonces me baño y
almuerzo y prendo el computador para buscar sobre Musset, un poeta francés,
pero antes de esto reviso el facebook, el twitter y miro quién se encuentra
conectado por messenger; como no hay nada interesante, comienzo a las 2:33 pm
hacer los deberes académicos.
Leo información sobre el poeta
mencionado y tomo apuntes para una presentación que tengo que realizar en
francés, en la búsqueda me encuentro con
frases de Musset que me llaman la atención como “Vivir es dormir, y el amor es el sueño; si habéis amado, habéis vivido” y
como “un pueblo desgraciado hace los grandes artistas”, al terminar de hacer la
consulta, busco una de las crónicas de Soho y la leo para tener idea de cómo se realiza un
texto como estos. Ya casi a las 5:00 de
la tarde y entre mi bolso encuentro las copias sobre “oralidad y escritura,
leyendo la segunda página me llama al teléfono una de mis mejores amigas, tanto
ella como yo sabemos que nuestras conversaciones quitan tiempo, pero igual no
importa es sábado y falta el domingo, además es una llamada oportuna porque me
estaba durmiendo con la lectura.
A las 6:30 pm continúo con la lectura y termino el primer capítulo, no
quiero seguir con el segundo porque también me está esperando Vargas Llosa con
“Elogio a la lectura y la ficción” y “La civilización del espectáculo”,
entonces de nuevo al internet a leer estos textos. Después la comida, la verdad no quiero comer,
no quiero hacer nada, estoy aburrida y ver televisión me deprime porque no hay
nada bueno, de igual forma me duele perder tiempo y pienso en el comienzo de
esta crónica… Así concluyo mi sábado, tedioso sábado porque la verdad lo mejor
de los sábados es levantarse tarde y aprovechar la apatía para hacerla
productiva, ya es tarde abro mi messenger y no sé si hablarle a un amigo que ya no es tan amigo,
pero lo pienso, lo pienso y los pienso,
él se va y vuelve y yo sé que él espera leer mis palabras, leer mi saludo.
Ya es domingo, la luz cae sobre mi
cara y sólo se escucha los pasos de los
perros jugando en el patio, al parecer es temprano y todos están dormidos menos mi papá que
madrugó a trabajar. Sin tanta pereza me
levanto y saludo a mis mascotas, antes de entrar al baño enciendo la radio. No
me pienso quitar la pijama, casi nunca lo hago en día como estos, es una prenda cómoda para cualquier cosa:
hacer aseo, estudiar, ver televisión, comer; tampoco me pienso peinar y mucho
menos maquillar de todas maneras no creo salir de mi casa. Me gusta los
domingos más que los sábados, siempre está lleno de música, fútbol y películas;
así que hoy no me podía perder el último concierto que grabó Juanes con MTV, un
poco del partido amistoso de Francia con Islandia y la película aplazada porque
como siempre tenía que estudiar.
Estudio porque me toca, pero en el fondo me gusta hacerlo, así que cuando
termino dedico mi tiempo a ver videos musicales con mi papá y mi hermana: algo
de Aerosmith, Guns anda roses, Bon Jovi y con ellos los comentarios que nunca
faltan acerca de los guitarristas, la moda y sus canciones. Mi domingo termina
escribiendo esta crónica son las 6:10 pm y las horas siguientes se las dedicare
a algunas lecturas pendientes, a bañarme, me imagino que después algo de
internet hasta finalmente poner la alarma e ir a dormir. Ahora pienso en el
título y me acuerdo del profesor Wilson ¿cómo sabía que era un tedioso fin de semana?, quizás sea brujo o simplemente el
poder de las palabras porque realmente no todos los sábados y domingos son así
de apáticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario